Un Congreso Nacional de Clown, el primero... ¿y cómo empieza algo así? Pues algo así comienza como una idea casi repentina en la mente inquieta de uno de nuestros amigos: Svante.
Es una idea fantástica: Crear un lugar de encuentro, en este caso para el clown, para compartir conocimientos, ideas, experiencias, para mostrar y para contemplar.
Raquel y Gema, las que formamos Col&Brécol, tuvimos la suerte y el placer de asistir a todas las ponencias del sábado, a la gala de actuaciones (en la que participamos, pero de eso ya hablaremos un poquito más adelante) y a uno de los talleres del domingo.
Aunque el congreso fue mucho más (Comenzó el viernes por la tarde, hubo en total unos 14 talleres, de unas horas, de un día o de 2 días, y otras tantas ponencias entre sábado y domingo) nosotras, desde nuestro blog, quisiéramos hablar de nuestra propia experiencia en este evento.
Fue nuestra primera actuación como Col&Brécol. Nuestra primera vez en el primer congreso.
Fue emocionante.
Lo fue, primero, ver la propuesta de Svante, lanzada de repente al mundo, con unas fechas y una sede, y ver cómo se iba llenando de día en día con nuevos colaboradores que se ofrecían como formadores, artistas que participaban con un pequeño espectáculo, clowns que nos hablaban de qué es eso del clown desde distintos puntos de España, por medio de vídeos, y que nos animaban a asistir al congreso.
Lo fue, cuando llegó el momento, llegar allí con los bártulos, muertas de nervios, el sábado.
De las exposiciones que pudimos escuchar, quisieramos destacar la de Mireya Castizo, componente del grupo Clownas, que nos resultó muy enjundiosa (y clównica). Y también su actuación, junto con Ana Serzo, en la gala.
La gala... Buf... ¡Qué nervios!
La primera actuación de Col&Brécol.
Se nos fue un poco el texto. Nos saltamos alguna frase... Nada vital, pero da un poco de pena. Nos sentimos nerviosas, apresuradas, nos falto proyección, nos faltó agarrar al público de un hilo para que respirara con nosotras.
Acabamos el número, salimos, nos cambiamos... y fuimos para la sala para ver el resto de la gala.
En el descanso hubo gente que se acercó a nosotras para decirnos que les había gustado. ¡Qué amables!. Fue un placer. Y lo cierto es que tranquiliza mucho la caricia del público.
